Pampas Sur

El área de las Pampas Sur afuera y adentro de la Primara Muralla nunca ha sido sometida al estudio sistemático. Nuestro programa de investigaciones ha realizado las primeras excavaciones sistemáticas de la Primera Muralla en la temporada 2009, las que continuaron en las temporadas 2010 y 2012  (Makowski et al. 2009, 2010,). Como lo hemos mencionado anteriormente, el énfasis en la temporada 2008/2009 ha sido puesto en el sistema de entradas a través de la Primera Muralla desde el Sur, es decir de lado del litoral marino. Una extensa e inclinada pampa arenosa se extiende entre las laderas empinadas del cerro con la pirámide del Sol y las pendientes del Cerro Gallinazo.

Vista  Este - Oeste de Primera Muralla desde la ladera del Templo del Sol

En las épocas remotas el mar ha esculpido entre estos cerros la curva de una ensenada. En las últimas décadas los propietarios de terrenos adyacentes de lado Sur al Santuario de Pachacamac han nivelado el terreno con la maquinaria pesada cortando el antiguo camino de la margen derecha del valle de Lurín el que empalmaba con seguridad con el conocido ramal de Qhapac Ñan, tan bien conservado valle arriba. Las maquinas han cortado las terrazas rocosas y la pendiente arenosa en la margen derecha del estuario de Lurín creando un farallón artificial, de modo que en actualidad los senderos que bajan desde la explanada para buses de turismo entre la entrada de la Pirámide del Sol y la plataforma superior del Templo Viejo de Pachacamac constituyen el único acceso hacia la zona. Las evidencias en los perfiles que bordean los terrenos del uso agrícola demuestran que una serie de construcciones al pie del cerro de la Pirámide del Sol fueron destruidas por la maquinaria pesada. Lo mismo ocurre con la zona al pie del Cerro Gallinazo.

La Primera Muralla corre en la parte alta de la pendiente de la pampa arenosa y cierra intencionalmente todo acceso entre la Pirámide del Sol y la ladera del Cerro Gallinazo proyectándose incluso hacia las partes muy empinadas de ambos promontorios.

Vista de la Primera Muralla donde se corta el trazo

Hay solo dos lugares en los que la muralla se interrumpe en actualidad. Uno de ellos se ubica en la parte mediana del recorrido de la muralla. Este potencial acceso está protegido y quizás hasta restringido por una amplia estructura de traza ortogonal que se levanta afuera del témenos. La estructura está parcialmente afectada por el huaqueo. Su mitad Este-Nor-este está cubierta por arena, por lo que en varios planos aparece en este lugar la traza de muros de tres recintos independientes en lugar de una sola construcción. En cualquier caso ambas mitades parecen haber sido construidas paralelamente a la muralla sobre la misma plataforma aplanada intencionalmente. La segunda posible entrada se localiza a unos 50m al Este de la anterior en la proyección del sendero moderno que asciende las laderas del Cerro Gallinazo. Este mismo sendero pudo haber sido utilizado en la antigüedad como vía de comunicación entre la zona monumental y las canteras de piedra de revestimiento en las laderas del Cerro Gallinazo. A diferencia de la primera entrada, la segunda no tiene estructuras directamente asociadas. Una o máximo dos construcciones de traza ortogonal se alinean en la pendiente, atravesadas por el sendero arriba mencionado. Arriba de la estructura y de la muralla se dibuja un segmento del ancho camino que pudo haber intercomunicado las canteras prehispánicas del Cerro Gallinazo con las áreas en construcción en la vecindad de la pirámide del Templo Viejo.

Como se ha visto en la parte introductoria, desde la investigaciones pioneras de Uhle hasta nuestros días ha habido el consenso entre los investigadores que la Primera Muralla es la más antigua de las tres, o cuatro murallas (si se considera los tramos del sector de las Palmas), que circundan parcialmente el complejo monumental del santuario prehispánico. Esta idea se sustentaba en dos observaciones de Uhle que parecían coincidentes con los hallazgos posteriores. La Primera Muralla corre alrededor del área de templos, donde se ha comprobado actividades de construcción de edificios de adobe paralelepípedo de diferente tamaño, y de adobitos (Templo Viejo, Templo Pintado, Pirámide del Sol), sin duda, anteriores a la dominación inca, desde por lo menos Periodo Intermedio Temprano (Lima 4-5 de Patterson). Los hallazgos de la cerámica blanco sobre rojo y negativo en los estratos subyacentes a las estructuras (Strong y Corbett 1943) hacía pensar a algunos (por ejemplo Franco) en una fecha incluso más temprana de fines del Periodo Formativo para los inicios de construcción del Templo Viejo y de las ocupaciones posiblemente domésticas de las terrazas del cerro que lleva en su cima al Templo del Sol. Uhle observó también que la Primera Muralla tiene en la mayoría de tramos muy poca altura, mucho menor en promedio que la Segunda y parece destruida y erosionada en el transcurso de varios siglos.

Vista del relleno constructivo de la Primera Muralla

Por otro lado, durante nuestros recorridos por el complejo hemos observados rasgos que parecían contradecir el escenario expuesto. Los tramos de la Primera Muralla adyacentes a la Pirámide del Sol, de lado del litoral, tenían el mismo tipo de aparejo de adobes y de revestimiento de piedra que las terrazas del Templo del Sol. Además, la primera tarea del muro estaba claramente adosada a la pared del templo. No cabía duda por ende que por lo menos este tramo de muro estuvo construido durante el Horizonte Tardío y después de la fachada occidental de la Pirámide. Estos antecedentes nos hacían pensar que la excavación de la Primera Muralla podría revelar una estratigrafía por lo menos tan compleja que la que Strong y Corbett (1943) en esta misma zona, en su trinchera que cortó los andenes de la Pirámide del Sol.

Otro aspecto que merece énfasis es el hecho que la Primera Muralla no circunda, como sería de esperar, a todas las construcciones monumentales en esta zona de Pachacamac. Por lo contario, dos complejos cercados y una quinta muralla, desafortunadamente destruida, se encuentran en la proximidad. Estas evidencias arquitectónicas han sido levantadas de manera más exacta pero no del todo fiel en el plano de Uhle. Posteriores levantamientos, incluyendo los de Guerrero (Makowski 2009) y de Shimada, se basan en las fotos aéreas. Dado que los resultados de las anteriores temporadas han demostrado que las entradas a través de la Segunda Muralla no constituían accesos a todo el complejo del oráculo y que fueron utilizadas durante el tiempo relativamente corto en el trascurso del Horizonte Tardío el problema de los accesos potenciales a través de la Primera Muralla de lado del litoral ha adquirido una importancia particular como alternativa viable de interpretación del sistema de comunicación. Los primeros objetivos de trabajos en la temporada de 2008/2009 consistían en encontrar las eventuales portadas en la Primera Muralla y definir por medio de estratigrafía y de la cerámica diagnóstica asociada a niveles de uso el periodo de construcción de la muralla misma. Se ha puesto énfasis en la búsqueda de las eventuales puertas a través de la Primera Muralla que debieron haber proporcionado acceso al interior del recinto (témenos) de los principales templos del oráculo, el Templo Pintado, atribuido a Pachacamac (Dulanto 2000; Eeckhout 1998a, b; Shimada 1991a), y la pirámide del Sol considerada el santuario de Punchao, deidad principal del Tahuantinsuyo. Los resultados fueron sorprendentes una vez más. No se ha encontrado entradas en ninguna de las partes en las que la muralla se conserva hasta el nivel de los cimientos. La apariencia derruida se debe al hecho de que el muro de témenos – la voz griega con la que se suele denominar el recinto de un santuario -  de Templo Viejo nunca fue terminado. Se ha concluido solo la construcción de los muros de contención de la terraza y de los cimientos de piedra, En cambio solo algunos tramos de  paños-tareas fueron terminados, otros  construidos hasta la mitad o tercera parte, otros al parecer recién iniciados. La estratigrafía registrada demostró de manera contundente que las actividades de construcción se realizaron en la parte final del Horizonte Tardío, quizás ya durante la presencia española o poco antes. Hemos encontrado abundante material cerámico fino correspondiente al estilo Cuzco Polícromo en imitaciones locales, e incluso posibles importaciones, asociado a cimientos del muro.  Por otro lado, en la estratigrafía de cimientos no se perciben niveles correspondientes a destrucción por fuerte movimiento telúrico, ni tampoco sedimentaciones que dejan abundantes lluvias, como en la estratigrafía de la Segunda Muralla con sus dos portadas (Makowski 2010)

Una vez establecida la cronología relativa de la Primera Muralla se ha vuelto imperativo correlacionar, a partir de la temporada 2009/2010 las tres secuencias estratigráficas - la que caracteriza el interior del recinto y la que correlaciona los cimientos de la muralla en su contexto estratigráfico con otras estructuras colindantes. Por esta razón se abierto tres unidades en el espacio al interior de la Primera Muralla. Dos de ellas tuvieron por propósito descartar la eventual existencia de otras murallas más antiguas que le Primera y con el recorrido parecido, paralelo a esta. Adicionalmente se ha querido confirmar o descartar el origen antrópico de ciertos rasgos particulares de relieva que hacían pensar en la existencia de  terrazas antiguas, como las que se extienden en las laderas de la colina con la Pirámide del Sol. La excavación ha confirmado el origen cultural de estos rasgos y el escaso material hacer pensar de que se trata de terrazas domésticas Lima. Desafortunadamente la erosión ha destruido por completo la superficie de ocupación quedando expuestos los rellenos internos. La tercera unidad fue ubicada a poca distancia de la fachada sur del Templo Viejo.